sábado, agosto 13, 2005

VII

Acabar este poema es mi diario suicidio. Sacar del desván la palabra ecuestre y al galope llevarte toda hasta desplomarla de belleza y cercanía

Luego del asalto , la tregua
La bandera blanca ondeando en tu vientre, hectárea fértil herida sagrada fecunda de blasfemia y resquemores

¡Yo te libero de la ternura ¡
¡Te instigo al acto razonable¡
¡Te unto de bálsamo y mirra
Beso tus labios inferiores
donde otros han dejado su aliento
Y han desgarrado las páginas en blanco de tus días
Donde otros han perdido la batalla
Yo erijo victorioso mi torre de marfil,
mi falo alejandrino en la magia de tu venustez
Yo instauro mi reinado de sueñosmolotov y mi tiranía de libros y de fábulas
Porque la verdad la reclama el poema
Como el esqueleto reclama su bala siniestra

Yo te nombro la segunda persona de mi tierra gramatical
De mi patria liberada de los proxenetas del verso,
De los púlpitos encrespados del domingo santo,
porque santa eres tú poesía
Yo te libero del espejo donde habitas junto a los sedimentos de la costumbre
Te nombro mi primer verso,
mi palabra capital esperando el hágase la luz - la noche ya nos extirpó el sueño -
Eres oráculo y profecía
Lavo mis manos y mi rostro en tus arcanos
Adivino tu silueta emergiendo de los abismos

¡ Oh ángeles desnuden su odio y tiemblen ante la razón ¡

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