viernes, setiembre 16, 2005

ACTEÓN BACO Y TIRESIAS...


Prisionero de alegres sinfonías
Domador de ratas sabias y bien perfumadas
Acteón se pasea por la ciudad junto a Baco, Tiresias y
Odiseo

El viejo Tiresias no pudo ver su futuro
Odiseo acabó contando su vida en colegios fiscales
Baco terminó en el Betty Ford Center –sucursal Lima-
La ciudad corre a su encuentro, no le roba, no le escupe su Demencia
Cada tarde planta una orquídea de éxtasis
Las niñas le sonríen sin saber la tragedia que oculta
Su rostro afeitado y aún joven
Acteón ya no escapa de sus propios perros
Ya no recuerda nada de su pasado mitológico
Producto de los electrochoques o los sedantes azules que domaban su rabia
El humo salía de la morada de los dioses
Y los dioses se volvieron melancólicos, según un viejo mito
Huyeron a los bosques para no ser linchados
Acteón no recuerda el insomnio ni la melancolía
Saborea la magia de caminar por Lima
Saborea sus 25 miligramos de Prozac
La felicidad industrializada, el último día de la semana.

LIBERACIÓN


Qué tan lejos puede andar el mar
Para ahogar mis quejidos en el dulce vaivén de sus senos
Que tan lejos puedes andar, de mis noches sedientas de candelabros
Porque mi sombra esta herida de luz y muerte
Tu eres ese insomnio que me rejuvenece
Esa hoguera que acaricio con fricción
Pontífice máxima de las lluvias y los metales

Qué tan lejos puede andar la noche de este día servil que va con sus manos blancas al bautismo Redentor de los náufragos
noche, enigma de los lobos, noche página perdida en algún cuento de Poe,
laberinto cortazariano.

Sé que por ella andará mi casa buscándome y solo encontrará amaneceres agonizando en las aceras.
Tengo una brújula enamorada del sur, unos cuantos soles en el bolsillo
Ganas de caminar y también de buscarte a ti, amor, invención de mis noches, tú que también huyes del paraíso, artificio de magos asalariados
Y salgo bajo palabra a matar mi rabia,
A escandir mis versos bajo esta encrucijada de cuerpos enjaulados
Leo las cláusulas pequeñas del amor y testamento de los frutos que no serán saboreados
Camposanto del neón , orfandad del pavimento
Yo te libero del luto de la noche, del dolor con que pares buidos poemas, de tus ojos de incesto y arrogancia
Yo te libero del espejo, de la precariedad de tu hermosura
De los salones eunucos y el recitar solemne de las olas
Del clamor de las caracolas en sus laberintos torcidos
Yo te libero de mi canción y te hago mía
Una imposibilidad tétrica de no ser tú
Tan lejana como mis ojos de pez de color
¡Yo te crucifico en lo más alto del mundo
para que nadie te eleve plegarias ¡
te niego tres veces y me reafirmo en mi negación
me reafirmo en mi niebla, en mi cruz ósea y blasfema que espera tu lado,
ese paraíso que me negaste en la tierra
¡ dorsal contra dorsal en el mismo madero !

ACERCA DE PAZ

En la ecuación poeta-poema planteada por Octavio Paz, hay grandes dosis de misticismo oriental, producto de su larga estadía en la India. La poesía para él es sabiduría y religión adquiriendo un significado poderoso: dos fuerzas opuestas: el hombre como una representación de la fragilidad de la creación; la poesía como camino a la salvación del Hombre. “Poesía alimento maldito, pan de los elegidos; abandono y salvación, dialogo con Dios, plegaria al vacío...,” es decir, la poesía para Paz es una fuerza que lucha consigo misma para su propia salvación , no para la salvación del poeta, la poesía se desvincula de su creador, como los hombres, de Dios. Eterna lucha de contrarios, vida y muerte, orden y caos, sonidos que no dicen nada o nos perturban hasta la locura. El carácter panteista de la poesía de Paz es un efecto de su acercamiento a la cosmovisión oriental. Definir la poesía no es tan sencillo como definir las matemáticas. La poesía es celebración, sufrimiento, búsqueda estética y búsqueda individual, pregunta y respuesta, y más veces preguntas que respuestas. La poesía es música de tiempos tribales y discordancias esquizofrénicas. Cuántas voces geniales han caído en el abismo de la locura; pero desde ella también nos han recitado la plegaria del hombre. Inmolación al más caprichoso, vehemente y a veces fatal oficio del poeta. Podemos acercarnos a una definición, pero su esencia seguirá siendo un misterio.
¿qué nos empuja a escribirla, a leerla, a exaltarla o posesionarnos de ella, si este mundo nos exige pragmatismo y finalidades bien establecidas? Mientras sea discutible una definición exacta de la poesía, ella seguirá existiendo en el terreno de lo posible.