
En terrenos de ceniza, calcinados, sin verdores,mientras me lamentaba un día a Naturaleza,y mi pensamiento vagaba al azar,sintiendo en mi corazón clavarse el puñal,vi, en pleno mediodía, descender sobre mi cabezauna oscura nube grande y tempestuosa,que llevaba un rebaño de viciosos demonios,parecidos a enanos crueles y curiosos. (BAUDELAIRE)