viernes, junio 22, 2007

HÉCTOR ÑAUPARI, PREVIO A SU LECTURA


Voces, voces. Corazón mío, escucha, como sólo los santosescuchaban; la enorme llamada los alzaba del suelo;pero ellos seguían de rodillas, de modo imposible,sin darse cuenta: de tal manera escuchaban. ( RILKE)

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