En terrenos de ceniza, calcinados, sin verdores,mientras me lamentaba un día a Naturaleza,y mi pensamiento vagaba al azar,sintiendo en mi corazón clavarse el puñal,vi, en pleno mediodía, descender sobre mi cabezauna oscura nube grande y tempestuosa,que llevaba un rebaño de viciosos demonios,parecidos a enanos crueles y curiosos. (BAUDELAIRE)
viernes, junio 22, 2007
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