Invadido de misterios
De lunas con sabor a derrota
De estrellas tan fugaces e intermitentes
Como el amor
Que vive tras las murallas de mi mundo
Las pastillas arrancan las cortinas de mis ojos
-No deliro cuando lo digo-
Pero expropian mi almohada y
Y roban los cadáveres hermosos que amo
Pensionistas de mi nostalgia, cuando no estoy con vos.
Por qué tenías que mirarme con ese color
A camposanto
A jardín de niños
A asilo sin ancianos
Ese color a sempiterno cansancio
Yo no sé domesticar la luz
Solo conozco los gemidos de tu cuerpo
Las historias tristes
La alta torre donde soy devorado cuando me lees
Y día a día pretendes descubrir un secreto más de mi vida
Hasta saber finalmente que yo no existo
Soy solo un deya bu de tu otra vida
Perdona el galicismo
Y perdona que no sepa abrir la puerta
Solo aprendí a gatear.
La noche suele ser un temblor
Cuando tarde me dejas en medio de un mar encrespado
Y sueño tu tierno cuerpo de loto
Donde dejé mis creencias
Donde renuncié a mi dios
Y a mis ancestros
Donde dejé mi patria y mi calle y mi casa
Hermanos y padres ya lejanos
Renuncie a mi voz por tu silencio, por tus cabellos
Por tu boca herida
Eras una estatua de sal
En el museo de mis antiguas glorias
Y un arco de triunfo coronaba tu frente
Eras una brújula perfecta
Siempre al norte a la hora de hacer el amor
Donde nacen las leyendas y tiemblan los mitos
Una brújula perfecta
En manos de un ciego marinero
En la zozobra me aferré a una isla
Sin Robinson, sin Viernes, ni sábados
Y le puse tu nombre
Creé la ceremonia del viento
Y abracé el fuero
Estiré las lágrimas
Di a luz a un ángel sencillo
Dupliqué la esperanza en una fe muerta
Y borré la noche con anillo de mar y estridente voz.
viernes, setiembre 09, 2005
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