“ En tus brazos yo abrazo lo que existe
la arena, el tiempo, el árbol, la lluvia ”
P. Neruda
la arena, el tiempo, el árbol, la lluvia ”
P. Neruda
¿ Qué negro fuego gobiernas
en mis noches de ceremonias y lazos ?
¿ qué mar colérico me arroja a tus arenas
cual indefenso naufrago arrancado de su fe ?
¿ Qué magia has desatado en mi interior
lleno de miedos y certezas ?
Oh amor fundamental de mi ternura
Voy a ti con mi cuerpo de cal y canto
Al tuyo de arena y sal comprometida
Para construir la casa del poema
En el solaz de nuestros cuerpos orillados
En el azar y el amor
Por que soy tu destino irreparable
Esto que los físicos no comprenden,
Esto que los académicos llaman teoría del arte
Y es tan simple como ir hacia ti
Con el tiempo en mis brazos y el desconcierto en mis ojos
Como repentino silencio a después de batalla
Y acribillar el yotuelnosotrosvosotrosellos
Y nos quedamos en el nosotros
Aislados y primitivos en las cenizas del silencio
que ardió por milenios,
Porque, amor mío, duele más tu presencia que tu sombra
Duele más saber que podrías extraviarte en el mar
De nuestras contradicciones
Es tan sencillo comprender el verbo Ser
Pero tan triste saber que también puedes no estar
Sólo tu voz conjuga con esta gramática que se cae a pedazos
Sólo tu voz de ceniza invocatoria.
Aliento candente de lo macabro
Saber que te has ido con el mar
Y que sólo me queda contemplar la herida
Mis dedos deambulan en tu caracol de placer
Y eres la pureza de aurora en el espejo matinal
El crepúsculo devora el horizonte de mi cuerpo
Las cóncavas paredes de mi voz
Las noches en vela de mis ojos
Porque el mar ruge desde mis sueños
Porque sueño las olas que te tocan
Que poseen tus despertares en la orilla
Recitada en los tejidos de la aurora
Bajo aquellas lunas y aquellos espejos
Que reclamaban tu presencia
Tenía la ceguera en mis manos
Para tocarte en mi oscuridad
Para tocarte con mi ternura de ave solitaria
Ceguera total de mi luz
Ceniza mía
Fuego fatuo del despertar
Hay un dios que agoniza en tu pecho,
Hay dos amantes que se observan desde lejos,
Un gato triste
que vela por el mundo,
Con la mirada pétrea de su negrura,
Un dios lacónico que recita versos de viento
Poemas de mareas y fuego
Bajo los despojos de la noche,
Donde el relámpago se parte en dos
Y las cenizas dejan un rastro de amantes
perdidos irreconciliablemente
La luz se petrifica
Y el poema es un calabozo de palabras
Las palabras cuerpos sobre el altar del silencio
Y cuidado con el silencio que merodea entre los dos,
Cuidado con el tiempo que nos condena a domesticarlo.
Basta con acercarme a ti
Para darle otro significado al mundo
Para olvidarme de las metáforas y abrazar el Verbo
O el último verso que time con tu corazón
Con el que asomas pos mis ojos, ves como desde más allá
Y verbalizas tu asombro, tus ojos se llenan de magia
Como grandes lunas turquesas
Apareándose en el crepúsculo
Amor mío, creas el relámpago en tu risa
Y abro los ajos a la belleza
Me bebo el mar a tu salud
Oigo como el cisne canta moribundo
Toco la eternidad y eres tu detrás de ella
Llena de precariedades
Como una diáfana tempestad de subsuelo,
Como un canto acorralado
Ven amor mío, asómate a la lluvia
Que embellece más tu ternura repleta de insignificancias
Ven y yo habré de irme hacia la otra orilla
Aquella que me haga cómplice de este crimen hermoso
Secreta reencarnación de la aurora
Ríes de noche, bailas con la noche, creas la noche
Yo soy las cenizas del poema que nace en tu vientre.
en mis noches de ceremonias y lazos ?
¿ qué mar colérico me arroja a tus arenas
cual indefenso naufrago arrancado de su fe ?
¿ Qué magia has desatado en mi interior
lleno de miedos y certezas ?
Oh amor fundamental de mi ternura
Voy a ti con mi cuerpo de cal y canto
Al tuyo de arena y sal comprometida
Para construir la casa del poema
En el solaz de nuestros cuerpos orillados
En el azar y el amor
Por que soy tu destino irreparable
Esto que los físicos no comprenden,
Esto que los académicos llaman teoría del arte
Y es tan simple como ir hacia ti
Con el tiempo en mis brazos y el desconcierto en mis ojos
Como repentino silencio a después de batalla
Y acribillar el yotuelnosotrosvosotrosellos
Y nos quedamos en el nosotros
Aislados y primitivos en las cenizas del silencio
que ardió por milenios,
Porque, amor mío, duele más tu presencia que tu sombra
Duele más saber que podrías extraviarte en el mar
De nuestras contradicciones
Es tan sencillo comprender el verbo Ser
Pero tan triste saber que también puedes no estar
Sólo tu voz conjuga con esta gramática que se cae a pedazos
Sólo tu voz de ceniza invocatoria.
Aliento candente de lo macabro
Saber que te has ido con el mar
Y que sólo me queda contemplar la herida
Mis dedos deambulan en tu caracol de placer
Y eres la pureza de aurora en el espejo matinal
El crepúsculo devora el horizonte de mi cuerpo
Las cóncavas paredes de mi voz
Las noches en vela de mis ojos
Porque el mar ruge desde mis sueños
Porque sueño las olas que te tocan
Que poseen tus despertares en la orilla
Recitada en los tejidos de la aurora
Bajo aquellas lunas y aquellos espejos
Que reclamaban tu presencia
Tenía la ceguera en mis manos
Para tocarte en mi oscuridad
Para tocarte con mi ternura de ave solitaria
Ceguera total de mi luz
Ceniza mía
Fuego fatuo del despertar
Hay un dios que agoniza en tu pecho,
Hay dos amantes que se observan desde lejos,
Un gato triste
que vela por el mundo,
Con la mirada pétrea de su negrura,
Un dios lacónico que recita versos de viento
Poemas de mareas y fuego
Bajo los despojos de la noche,
Donde el relámpago se parte en dos
Y las cenizas dejan un rastro de amantes
perdidos irreconciliablemente
La luz se petrifica
Y el poema es un calabozo de palabras
Las palabras cuerpos sobre el altar del silencio
Y cuidado con el silencio que merodea entre los dos,
Cuidado con el tiempo que nos condena a domesticarlo.
Basta con acercarme a ti
Para darle otro significado al mundo
Para olvidarme de las metáforas y abrazar el Verbo
O el último verso que time con tu corazón
Con el que asomas pos mis ojos, ves como desde más allá
Y verbalizas tu asombro, tus ojos se llenan de magia
Como grandes lunas turquesas
Apareándose en el crepúsculo
Amor mío, creas el relámpago en tu risa
Y abro los ajos a la belleza
Me bebo el mar a tu salud
Oigo como el cisne canta moribundo
Toco la eternidad y eres tu detrás de ella
Llena de precariedades
Como una diáfana tempestad de subsuelo,
Como un canto acorralado
Ven amor mío, asómate a la lluvia
Que embellece más tu ternura repleta de insignificancias
Ven y yo habré de irme hacia la otra orilla
Aquella que me haga cómplice de este crimen hermoso
Secreta reencarnación de la aurora
Ríes de noche, bailas con la noche, creas la noche
Yo soy las cenizas del poema que nace en tu vientre.
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